GENESIS DE LA AUTOESTIMA Y SUS REPERCUSIONES
Descubrir su dimensión psicológica
La autoestima es la función de evaluarse a uno mismo, por lo que implica por un lado un juicio de valor y por otro un afecto que le acompaña.
La autoestima positiva está relacionada con el gozo, la confianza, el placer, el entusiasmo y el interés.
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La autoestima negativa conlleva afectos como el dolor corporal, la angustia, la duda, la tristeza, el sentirse vacío, la inercia, la culpa y la vergüenza, el ser anodino, el tener dificultades ante los cambios.
Sí, ya en el título queremos apuntar ese paralelismo que hay entre las dificultades en la autoestima y el dolor, la angustia, la duda, la tristeza, el vacío, la inercia, la culpa, la vergüenza... lo remarcamos porque muchas veces no se ve que la autoestima es la causa de estos síntomas.
*De adultos, nuestro compromiso es acogernos, cuidarnos, querernos;, autovalorarnos en su justo punto, no hacer de jueces implacables de nosotros mismos, El pensar que nuestros padres podrían habernos ayudado más de pequeños, ahora siendo adultos, sería vano, perjudicial para nosotros, inutil.
¿De dónde surge la autoestima? Los primeros intercambios de afecto entre el recién nacido y sus padres y las formas tempranas de cuidados físicos proveen de un contexto de actividad placentera mutua entre padres e hijos.
Se puede considerar un precursor de la autoestima el tener sentimientos corporales agradables, como el sentirse acariciado, mirado, así como también afectos de agrado y un vívido interés asociado a estos mutuos intercambios amorosos.
La imagen del cuerpo que emerge estará asociada con sentimientos de aceptación que le darán al niño la posibilidad de sentirse querido y le proveerán de seguridad, le darán además un sentimiento de pertenencia, el cual es esencial para sentirse valorado.
El niño que no siente este valor de sí mismo en los ojos de sus padres temerá su abandono y sentirá en peligro su existencia.
Diversas enfermedades que comprometen al cuerpo, entre ellas las malformaciones, amenazan desde temprana edad la autoestima de los niños.
En cada estadio del desarrollo los logros alcanzados le darán un sentido positivo de valía de sí mismo que contribuirán no sólo a que el niño se sienta bien sino también a que calme sus miedos. Por lo que el mantenimiento de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del desarrollo.
La autoestima es afectada constantemente por experiencias en el mundo externo que posteriormente son llevadas al mundo interno.
Debería existir un balance óptimo entre las necesidades de gratificación y las frustraciones realistas en la infancia, para la formación de una estabilidad posterior en la regulación de la autoestima.
Las experiencias nocivas y dolorosas colaboran a una autoestima negativa. Debido a lo anteriormente señalado la protección de la autoestima se vuelve una de las tareas de desarrollo centrales en la infancia para nosotros que trabajamos en pro de la salud emocional en la niñez. En el transcurso de su desarrollo el niño va teniendo experiencias placenteras y satisfactorias y otras dolorosas y cargadas de ansiedad.
El mantenimiento de la autoestima positiva depende de la exitosa integración de las imágenes de sí mismo tanto positivas como negativas, es decir de sentirse bueno en algunos momentos y malo en otros, pero por encima de ésto el establecimiento de sentirse valioso que lo va a hacer más o menos impermeable a los errores, las fallas, las frustraciones y a la crítica externa.
La niña quiere observar al gato, está sumida en un equilibrio inestable de miedo/valentía. El poder hacerlo, le hace sentirse capaz. El temor excesivo de sus padres a ser dañada, no le dará oportunidades de autovalorarse.
En la segunda mitad del segundo año, cuando el niño comienza a ser capaz de tener metas generadas por sí mismo, es decir, de tener inquietudes y deseos de hacer algo por él mismo, demostrar y demostrarse que es capaz de hacerlo, su autoestima derivará de dos fuentes, por un lado de la aprobación de los otros y por otro, de la satisfacción de realizar la actividad, agradable por sí mismo y de manera independiente.
En los años preescolares a través de las fantasías y del juego , los niños buscan vencer y superar las heridas a su autoestima, las cuales derivan de ir conociendo sus limitaciones.
Durante los años escolares los niveles de autoestima se ven afectados aún más por la adquisición de habilidades y de competencia, especialmente en el desempeño escolar, en las relaciones de amistad y en los deportes. Durante estos años la autoestima se ve profundamente afectada por los éxitos y los fracasos en estas tres áreas de la vida del niño.
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La lectura es una habilidad crucial a obtener en el inicio de los años escolares. La capacidad de leer adecuadamente está íntimamente ligada con la autoestima. No objetivamente, pero todavia "Escuela" es en primera instancia "lectura", la lectura no sólo es la mayor demanda en el niño en los primeros años, sino el punto de apoyo para el resto de su aprendizaje.
La lectura tiene un efecto multiplicador para bien o para mal. Un niño que lee mal, es a sus propios ojos una persona inadecuada, y los niños se sienten malos o tontos y muy frecuentemente también son vistos de la misma manera a los ojos de sus padres, sus maestros y sus amigos.
El impacto de la censura de los amigos el no poder tener amigos o ser rechazado por ellos por sus incapacidades los lastima profundamente en su autoestima.
Podríamos decir que los dos retos para la autoestima en los años escolares son:
1.- el rendimiento académico (hay un 10% de dificultades en lectoescritura por causas difíciles de controlar, estos casos interesa detectarlos cuanto antes, ayudarles con la reducación y ayudarles también a entender su dificultad, que símplemente es instrumental, con lo que se puede ir compensando con entrenamiento.)
2.- el ser exitoso en las relaciones con los grupos de amigos de la misma edad, ya sea individual o grupalmente. Así como también el ser competente dentro de una actividad deportiva o artística.
Demos a nuestros niños la posibilidad de ser y sentirse bien con ellos mismos y ésto contribuirá a que se valoren y valoren lo que hagan, piensen y sientan, sólo valorándose a ellos mismos podrán valorar a los demás y todo esto redundará en un futuro de mejores oportunidades laborales y de relación.
El tener además un pasatiempo, un hoby que les complemente y enriquezca como seres humanos les dará satisfacciones y oportunidades.